lunes, 3 de junio de 2013

Práctica de sintaxis para selectividad

Estas oraciones contienen algunas variedades de análisis de subordinadas y coordinadas. Las tendréis resueltas en la barra lateral en "SUBORDINADAS DE TODO TIPO" a lo largo de la mañana.

- No quiso quedarse solo en casa, sino que salió a la calle y buscó compañía.
- Me gustó tanto como el regalo que me hiciste el año pasado.
- No te compliques la vida: hazlo como dice mi padre.
- Se mueve tanto que veo cómo le queda el traje.
- Cuando yo llegue a casa, ya debe estar encendida la calefacción.
- ¿Dijo cuándo iba a venir?
- El que tengas razón no justifica tu actitud.
- Salió tan deprisa que no me vio.
- Al hundirse el petrolero, se contaminaron las aguas.
- Los periódicos publicados esta mañana en Madrid no traen esa noticia.
- Manejándolo con cuidado, no se te romperá.

miércoles, 29 de mayo de 2013

OBJETIVIDAD Y SUBJETIVIDAD EN UN TEXTO

BÁSICOS:

- ENUNCIATIVA = OBJETIVIDAD
IMPERATIVA, DUBITATIVA, INTERROGATIVA, DESIDERATIVA = SUBJETIVIDAD

- Un texto NO puede ser objetivo y subjetivo al mismo tiempo. Lo que sí puede es tener apariencia y rasgos objetivos. De hecho es muy frecuente que un emisor se apoye en rasgos objetivos para justificar sus opiniones. En ese caso tendremos que hablar de una APARENTE OBJETIVIDAD o FALSA OBJETIVIDAD. El modo de razonarlo es decir que el autor utiliza rasgos objetivos para justificar sus opiniomes y esto es un rasgo típico de muchos textos argumentativos.

- Siempre siempre hay que poner ejemplos del texto para nuestras afirmaciones.

- "Divulgativo" es un rasgo típico de los textos expositivos, no suele estar en los argumentativos.

- En el resumen NO puede aparecer nada como "el autor dice", etc. Tenéis que transcribir el texto de forma más o menos literal. Si está en primera persona, os recomiendo.

jueves, 23 de mayo de 2013

Avance del texto "Demencia", de Juan José Millás





DEMENCIA, por Juan José Millás, 17/05/2013. (modificado)
El Gobierno lleva meses haciendo ojales a la espera de que se manifiesten mágicamente los botones. Y hemos dicho ojales por no decir agujeros, pues los hace sin cuidado alguno, introduciendo la tijera a lo bruto, dañando la tela, sin remates, sin fruncidos, sin la sensualidad labial que se le supone a esa hendidura.
Lo malo es que detrás de la tela estamos usted y yo, están nuestros cuerpos, llenos de heridas, algunas de carácter grave. Heridas en la sanidad, en la educación, en la cesta de la compra, en la investigación médica y tecnológica; heridas en la alimentación infantil, en el cuidado de los dependientes, en el respeto a los ancianos, en la limpieza de las ciudades, en la economía doméstica; heridas en el estado de ánimo, en la democracia, en el orden público, en las bibliotecas, en el cine, en el teatro…
No hay aspecto de la vida comunitaria que no hayan atravesado brutalmente con la punta de la tijera. Es para hacer ojales, dicen, de manera que cuando lleguen los botones tengan donde abrocharse. Pero los botones no llegan; es más, los botones huyen espantados porque son amigos de las proporciones, de las cosas bien hechas, y no se abrochan así como así a cualquier abertura. Y a la furia con la que vienen haciendo lo que venimos llamando eufemísticamente ojales se le añade la ceguera loca del que no está dispuesto a aceptar la realidad. Ayer mismo, Rajoy y Báñez y Guindos aseguraban que la reforma laboral, uno de los grandes rotos de estos sastres chiflados, está dando ya sus frutos en lo que se refiere al empleo. ¡En lo que se refiere al empleo! Empezaron mintiendo, y a base de repetir la mentira como una letanía han acabado delirando.

COMENTARIO
El tema del texto que vamos a comentar es la denuncia de los recortes en todos los sectores sociales por parte del gobierno. Para ello, la autora elige el género textual periodístico de opinión, podría ser indistintamente un artículo de opinión o una columna porque comparte los rasgos de la argumentación de un autor sobre un tema de relativa actualidad. En este caso parece claro que podría ser una columna, puesto que el carácter literario del texto es evidente, como vamos a analizar.
La tesis no aparece explícita, sino que se deduce de la relación metafórica que se establece entre el título, el cuerpo argumentativo y la conclusión, en la última oración. El texto se divide en tres partes: la primera parte es la presentación de la metáfora que va a sostener el texto ejemplificación (1-4); la segunda parte constituye el cuerpo argumentativo, que es la mayor parte del texto; y la última oración es la conclusión que enlaza con el título, por lo que nos encontramos ante una estructura es marco.
La forma de elocución del texto es (expositivo-)argumentativa, puesto que comienza con la presentación de una serie de una metáfora literaria que se va complementado con nuevas metáforas y elementos referenciales a medida que el autor argumenta. Esta metáfora se elabora a dos niveles de significado: el primer nivel tiene que ver con la metáfora del sastre el botón, el ojal para hablar de los recortes del gobierno; el segundo nivel tiene que ver con elevar la mentira a categoría de locura mediante la hipérbole. Como es propio de un texto (expositivo-)argumentativo de corte subjetivo, el autor expresa sus emociones y sentimientos emitiendo a lo largo del texto todo tipo de juicios de valor personales.
A nivel morfológico (léxico y semántico) se imponen los rasgos del texto argumentativo subjetivo: - la utilización de expresiones asertivas que implican valoración personal como “lo malo es que; empezaron mintiendo; han acabado delirando” (5, 19, 20); Otro de los rasgos más destacados en este plano semántico es sin duda la calificación, con el uso de abundante léxico valorativo: - adjetivos como “grave (heridas), espantados, loca (ceguera),” (6, 13, 16); - sustantivos como “heridas, furia, rotos (grandes) mentira, letanía” (6, 7, 9 19, 20); elementos adverbiales de modo como “a lo bruto, dañando la tela, sin remates, sin fruncidos, sin la sensualidad labial; brutalmente” (3, 11).  Todos los elementos calificativos están destinados a expresar la opinión del emisor sobre los recortes del gobierno.
Como vemos en este primer análisis predomina en el texto la modalización valorativa del emisor, puesto que la función predominante en el texto es la expresiva y apelativa. La intención del emisor es expresar sus opiniones y, con ello, orientar la opinión del receptor, al que incluye explícitamente en la línea cinco mediante el elemento de deixis social “usted” y posteriormente mencionándolo al referirse a la sanidad, la educación y otros ámbitos de la vida ciudadana como el cine o las bibliotecas. Para ello, utiliza un tono totalmente visceral y emocional, como se detecta desde la primera línea con la utilización de la ironía, la metáfora y la enumeración, puesto que la modalización del texto viene muy marcada por los recursos literarios utilizados.  
El más destacado de todos ellos es la metáfora, como ya hemos señalado. La metáfora principal se establece identificando al Gobierno con la “tijera” o el “sastre” y al ciudadano con el “ojal”, el “agujero” para represetar la agresión a los derechos sociales de los ciudadanos que están siendo mermados.  Desde esta metáfora inicial, mediante la hipérbole, el autor traslada el significado, intensificado la gravedad, desde “ojal” y “agujero” hasta “herida”, concretamente de carácter “grave”. A continuación, para que no se pierda el significado de la metáfora, añade los referentes a la realidad a la que alude -sanidad, educación, etc.- mediante la enumeración durante todo el segundo párrafo. En el tercer párrafo la metáfora aumenta de intensidad literaria mediante la personificación: “los botones huyen espantados porque son amigos de las proporciones” (13, 14) para referirse a las políticas que serían correctas. Sin embargo, posiblemente para aclarar el significado, el emisor explica que el uso de la metáfora “botones” es un eufemismo, es decir, una palabra que encubre una realidad más cruda. Es aquí donde pasamos al segundo nivel metafórico: “se añade la ceguera loca del que nos está dispuesto a aceptar la realidad” (17). Desde aquí comienza una gradación ascendente ceguera-mentira-delirio, que termina calificando de demente, según el título, la actitud del gobierno con los recortes.
A nivel sintáctico destaca el uso de las adversativas que refutan las propuestas del gobierno: “pero los botones no llegan” (13); las explicativas y consecutivas que aclaran la intención opinativa del emisor: “y hemos dicho ojales por no decir agujeros” (2), “pues los hace sin cuidado alguno” (3). También destaca en este nivel

Comentario "¿Comer insectos?"



¿Comer insectos?
La Razón / La Paz (Bolivia)
02:30 / 16 de mayo de 2013
¿Es posible solucionar el hambre en el mundo? ¿Cómo se alimentarán en 2030 más de 9.000 millones de personas? Ayer nos referimos en este espacio al reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que propone recurrir a los insectos. Una propuesta que, si bien parece extraña, tiene fuerte sustento económico, demográfico y ecológico. Pero alberga desigualdades.
¿Comer insectos? Aquí surge una desigualdad. Actualmente ya se comen, en especial en África y Asia, más de 1.900 especies, destacándose escarabajos, orugas, hormigas, grillos y langostas. No ocurre lo mismo en Occidente, cuyos 1.000 millones de habitantes tienen un suministro seguro de alimentos. Y donde además hay una barrera psicológica asociada al “factor asco”. La nueva dieta de bichos, pues, tiene destinatarios específicos: los pobres.
La otra desigualdad es que mientras cerca de 900 millones de personas pasan hambre (el 98% de ellas en países de la periferia) y miles mueren diariamente por esa causa, cada año se tiran a la basura más de 1,3 mil millones de toneladas de alimentos aptos para el consumo. Alimentos que Occidente desperdicia entre comerciantes, consumidores y hotelería. La cuestión no es tanto de insectos, pues, sino de insana desigualdad.

RESUMEN
La FAO propone la ingesta de insectos como medida para paliar el hambre en el mundo. En realidad, parece una medida desigual: mientras que en África y Asia se consumen por millones en Occidente no, porque no falta el suministro de alimentos. La desigualdad radica en que millones de personas pasan hambre mientras se tiran toneladas de alimentos aptos para el consumo, por tanto la propuesta no es tanto una cuestión de tipos de alimentos como de desigualdad social.

El tema del texto es la crítica hacia la propuesta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que plantea como solución al hambre en el mundo la ingesta de insectos en lugar del reparto de la riqueza.
El género textual predominante es el periodístico de opinión, concretamente parece un artículo de opinión porque basa su argumentación sobre un tema de actualidad en datos estadísticos. El artículo o columna está estructurado en tres partes (también pueden considerarse los tres párrafos): la primera parte es la presentación del tema a través de dos interrogaciones directas al receptor; la segunda parte es el desarrollo del cuerpo argumentativo (2-15) y la última oración es la conclusión. La tesis se reitera a lo largo de todo el artículo, en el que se insiste en que la propuesta de la FAO supone desigualdades entre el primer y el tercer mundo, por tanto la estructura es reiterativa (se podría considerar al final la tesis-conclusión). Se detecta la distribución de la tesis en los siguientes fragmentos: “Una propuesta que, si bien parece extraña, tiene fuerte sustento económico, demográfico y ecológico. Pero alberga desigualdades” (4-5); “¿Comer insectos? Aquí surge una desigualdad” (6); “La nueva dieta de bichos, pues, tiene destinatarios específicos: los pobres. (10); “La cuestión no es tanto de insectos, pues, sino de insana desigualdad” (15).
La forma de elocución del texto es expositivo-argumentativa, puesto que parte de la presentación del tema a través de dos preguntas directas al receptor para después exponer una serie de argumentos críticos basados en datos estadísticos. Como es propio de un texto expositivo-argumentativo pretendidamente objetivo, el autor que tiende a la impersonalidad de su expresión al tono neutro, una contención que queda desvirtuada por la expresión abierta de la opinión subjetiva, como vamos a analizar.
A nivel morfológico (léxico-semántico) se imponen los rasgos del texto argumentativo: la utilización del presente de indicativo con valor atemporal y descriptivo: “actualmente ya se comen […] no ocurre lo mismo […]  1000 millones de habitantes tienen […]”, etc. (6, 8, 9). En general el texto tiene un tono de objetividad que viene propiciado por el uso de sustantivos sin connotaciones, adjetivos valorativos precisos –“propuesta extraña, fuerte sustento, suministro seguro”- en todo el texto, excepto en las líneas seis, nueve y diez. En la línea seis se introduce una interrogación retórica que tiene la función de expresar el asombro y repulsión del emisor ante la idea de ingerir insectos. En las líneas nueve y diez se incluyen una expresión de lenguaje figurado –“barrera psicológica”- y un sustantivo connotado: “bichos”. También en la conclusión, donde el emisor califica de modo subjetivo la propuesta de la FAO diciendo que no es una cuestión de qué comer sino de “insana desigualdad”.
Uno de los rasgos más destacados en el texto en el plano semántico es la utilización de las interrogaciones como modo de apelar al receptor, tanto para abrir el texto, como para abrir el cuerpo argumentativo (1, 6). Las interrogaciones muestran que una de las funciones predominantes en el texto es la apelativa, puesto que la intención del emisor es orientar la opinión del receptor, aunque utiliza un tono moderado y objetivo, como ya hemos señalado.
La modalización del texto, o los rasgos que nos permiten detectar la subjetividad del mismo se derivan de que el emisor se mueve entre la actitud epistémica y la actitud deóntica. La epistémica por ejemplo la detectamos ya desde el comienzo del texto con la utilización de la perífrasis de posibilidad con la que comienza el texto: “es posible”; y con la duda que se infiere de la utilización de las interrogaciones, puesto que el emisor cuestiona mediante la interrogación la validez de la propuesta de la FAO.
La actitud deóntica del emisor queda destacada en el valor asertivo de la utilización de argumentos de datos estadísticos, que confieren mayor rigor al texto: “en 2013 más de 9.000 millones de personas; 1.000 millones de habitantes; cerca de 900 millones de personas pasan hambre (el 98% de ellas en países de la periferia); se tiran a la basura más de 1,3 millones de toneladas de alimentos aptos para el consumo” (1, 2, 8, 12, 13). La objetividad y el rigor con el que se utilizan estos datos objetivos queda supeditada, en realidad, a la opinión del emisor, ya que afirma categóricamente (deónticamente) y en varias ocasiones la desigualdad que supone la propuesta de la FAO. Por tanto, hay una aparente utilización objetiva de los datos estadísticos ya que se hacen depender de la opinión personal del emisor.
A nivel sintáctico y gramatical esa apariencia de objetividad, destinada a convencer al receptor, también se destaca en la utilización de la pasiva refleja, “se alimentarán, se comen, se tiran” (1, 6, 13) que ayuda a mantener el tono objetivo propio de los artículos periodísticos. La función referencial en este texto también es importante, ya que se hace referencia a una cuestión de plena actualidad, aunque redunda en la intención del emisor de pretender ser objetivo con los datos desde su punto de vista personal, como es propio del lenguaje periodístico. En este sentido el texto es adecuado a su contexto comunicativo, puesto que el emisor utiliza un registro estándar propio de los medios de comunicación social no especializados. El nivel de lengua del receptor se supone culto ya que domina perfectamente todos los recursos de cohesión y coherencia en el texto, como vamos a ver.
La cohesión semántica se mantiene mediante la progresión temática del texto. El núcleo temático en torno al hambre y la alimentación está presente en todo el texto porque, como ya hemos señalado, la estructura es reiterativa: “hambre, alimentarán, comer, se comen, alimentos, dieta, hambre, alimentos, alimentos” (1, 6, 9, 10, 11, 14) son los elementos lingüísticos que forman el campo semántico predominante. Frente a este campo semántico se contrapone otra esfera conceptual que tiene que ver con la riqueza (“Occidente, 1000 millones de habitantes tienen suministro seguro de alimentos; alimentos que Occidente desperdicia”) y la pobreza (“Asia, África, pobres, 900 millones de personas pasan hambre; miles mueren diariamente por esa causa”). Con ello el autor pretende representar el injusto reparto de la riqueza alimentaria. El término que relaciona ambos núcleos temáticos o esferas conceptuales (alimentación/hambre frente a riqueza/pobreza) es la palabra “desigualdad” (5, 6, 11, 15).
La coherencia gramatical viene en gran parte determinada por la presencia de dicho término, “desigualdad”. Mediante el paralelismo o repetición a lo largo del texto de dicha idea el autor deja muy claro cuál es su opinión respecto a la decisión de la FAO: que es injusta y desigual. Lo advierte al final del primer párrafo y en los dos párrafos siguientes argumenta sobre los dos tipos de desigualdades a las que se refiere: la primera es que dicha dieta está destinada a los pobres; la segunda es que el mundo rico desperdicia alimentos que podrían ser aprovechados para evitar la ingesta de insectos. Otro elemento importante para la cohesión del texto, además de la relación entre los núcleos temáticos del texto, es el eje temporal del mismo, muy marcado: plantea cómo solucionar el futuro “cómo se alimentarán” (1) haciendo referencia al presente mediante adverbio de tiempo “actualmente ya se comen” (6).
La conclusión (última oración) insiste mediante un adjetivo valorativo “insana”, que remite a la repulsión por la recomendación de comer insectos. El emisor deja claro que el tema es la desigualdad.